MEDALLAS RELIGIOSAS. DEVOCIÓN Y FE.

MEDALLAS

Las medallas tienden a ser discos metálicos, similares en apariencia a las monedas, aunque usualmente de mayor diámetro y relieve pronunciado. Si bien tanto en la forma como en el material existen múltiples excepciones. Son sinónimo de premio, honor o condecoración y suelen tener una imagen, símbolo o distinción en su interior que hace referencia a ese motivo, evento, etc…

La palabra Medalla tiene su origen en el latín Metallum y en italiano Medaglia y así llamamos a aquellas piezas antiguas, que según la más corriente opinión, eran la moneda que se usaba en sus respectivos tiempos. Ello es cierto a excepción de aquellas que en Italia y en otras partes se llaman Medallones, las cuales verosímilmente no eran moneda, sino aquellas arrojadizas que se suelen ver y esparcir al pueblo en las aclamaciones de los Reyes o son fabricadas con ocasión de algún gran suceso y se reparten como preciados dones o regalos.

Las medallas son emitidas con diversos fines y así existen:

  • Las emitidas con propósitos puramente artísticos. 
  • Las conmemorativas o de recuerdo.
  • Las que otorga una organización por servicios distinguidos en un campo específico (Ejemplo: Premio Nobel).
  • Otorgadas como premio en un evento o competición (Ejemplo: Medallas olímpicas).
  • Las concedidas por un gobierno por servicios al país, que se ostentan prendidas al pecho o colgadas al cuello; estrictamente hablando esto se refiere solo a medallas de apariencia similar a una moneda, pero informalmente se extiende también a la Condecoración militar.
  • Las de Culto religioso ( las que nos atañen en este artículo), usualmente con un aro que permite colgarlas.

El estudio de las medallas, su autenticidad, origen, clasificación, etc., constituye el objeto de la medallística , una rama de la numismática. En el Renacimiento se llamaban “medallas” a todas aquellas monedas de la Antigüedad que ya no estaban en circulación y por tanto no tenían valor de cambio ni tampoco tienen valor legal. Aunque la forma es generalmente redonda, con todo no faltan medallas ovales, poligonales, cuadradas, etc. Son monetiformes. La materia de que se componen es el oro, la plata, el plomo, el estaño, el platino, el latón, el níquel y el cobre pero también las hay de cristal y de barro cocido.

HISTORIA DE LAS MEDALLAS

La historia de las medallas propiamente dichas transcurre en varias épocas, que se distinguen por la técnica utilizada y el espíritu de su producción:

  • la primera comienza con el Imperio romano, ya en época de Augusto, tras el cual desaparece la medalla.
  • la segunda comprende el siglo XV o renacimiento italiano, cuando se restablece su uso, aunque con técnica y espíritu diferentes a los de los romanos.
  • la tercera comienza en el siglo XVI y continúa en los siguientes, cundiendo más y más el uso de la medalla obtenida por acuñación como al principio.
  • puede añadirse una cuarta época, la contemporánea, en que se industrializa su producción y se produce en serie como cualquier objeto de consumo.

IMPERIO ROMANO

En esta primera época la medalla tiene carácter oficial y solo se produce en las oficinas imperiales, sin reproducir más efigies que las de los emperadores o individuos de su familia, siendo su procedimiento el de la acuñación como en las monedas. Al ser las medallas condecoraciones, en la época antigua hubo unas 9 condecoraciones de las Legiones de Roma las cuales distinguían a los legionarios que destacaban en el campo de batalla y además, venían acompañadas por una recompensa monetaria. Como es habitual en el gigantesco aparato burocrático que hacía funcionar como un reloj al Imperio Romano, se mantenía un riguroso registro escrito de todas las distinciones, ascensos, traslados, así como de los castigos de cada uno de los legionarios. En la ceremonia de condecoración, el general de la Legión hacía dar un paso al frente al legionario para elogiarlo públicamente, le entregaba la condecoración ante el aplauso de sus compañeros y le solía conceder un premio en metálico único o incluso podía doblarle la paga de por vida. También podía darse el caso de que se concedieran condecoraciones colectivas (a toda una unidad) y que los legionarios exhibían con orgullo en los estandartes de sus unidades.

Hay medallas de oro, plata , metal corintio, cobre, bronce y plomo, de cobre cubiertas con hoja de plata y de cobre plateado. El gran bronce no pasa de los Póstumos; el mediano dura hasta la decadencia del Imperio y continúa con interrupciones hasta los Paleólogos. El mínimo es muy raro desde Julio César hasta los Póstumos.

  • Las consulares de cobre tuvieron principio en Roma en el año 484 de su fundación
  • Las de plata en el 546.

El P. Joubert numera entre las consulares de 50 a 60 en oro, 250 en cobre y 1000 en plata. De medallas Imperiales en oro se cuentan hasta 1200, en plata 3000, y en bronce de б а 7000. No obstante Morell prometió una serie universal de medallas en número de 25.000.

  • Las latinas y griegas son las más comunes.
  • Las hebreas no exceden del tiempo de los Macabeos.
  • Las púnicas se encuentran en España.
  • Las árabes son poco curiosas y mal fabricadas.
  • Las góticas tienen el mismo defecto de las anteriores.

RENACIMIENTO

En la segunda se fabrican las medallas, siempre de carácter privado, por vaciado en molde del metal fundido, retocando después con buril los perfiles de las figuras. El primero a quien se atribuye la gloria de este renacimiento de la medalla es Antonio di Puccio de Verona, llamado comúnmente el Pisanelo. Entre las medallas más célebres que labró se encuentra la del Emperador de Oriente Juan VIII Paleólogo en el año 1439, a la que siguieron otras magníficas de Alfonso V de Aragón y Nápoles, en 1448 y 1449 (de 8 centímetros de diámetro). Se conocen también unas 2500, de diversos tipos, debidas a unos 200 medallistas italianos, imitadores de el Pisanelo en la misma época.

SIGLO XVI

Desde principios del siglo XVI, poco a poco se va adoptando nuevamente el procedimiento de acuñación como se hacía entre los romanos, esmerándose los artistas en la incisión de los troqueles. En esta labor sobresalen también los italianos, imitándolos numerosos artistas en otras naciones europeas, sobre todo en Alemania y Francia. El iniciador de este nuevo movimiento fué el milanés Ambrosio Foppa, llamado el Caradosso, y como grandes medallistas del mismo siglo figuran los célebres Paduanos Alejandro Bassiano y Juan Cavino, con los no menos famosos León y Pompeyo Leoni y muchos otros cinceladores y grabadores destacados. En esta época y en la contemporánea se multiplican indeciblemente los asuntos de la medalla conmemorativa, y toma ella no pocas veces carácter oficial, sobre todo cuando se aplica a conmemorar la solemne proclamación o advenimiento de algún monarca al trono, la coronación de los Papas en Roma, etc…

MEDALLAS DE CARÁCTER RELIGIOSO

En grupo aparte deben colocarse las medallas de carácter puramente religioso, de las cuales hubo un avance en los primeros siglos de la Iglesia y se repitieron ejemplares en los siguientes, pero debieron ser muy escasas antes del siglo XV, desde el que han ido multiplicándose indeciblemente. Se distinguen por los asuntos que representan y por el apéndice perforado que tienen para suspenderlas del cuello o del vestido.

MEDALLA DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

Otro ejemplo muy conocido es el de la medalla de Ntra. Sra. Virgen del Rocío también conocida como la Blanca Paloma o Reina de las Marismas. La Virgen del Rocío se encuentra en la Ermita del Rocío en Huelva, su apariencia actual no es la que tenía en la antigüedad ya que se conoce que se han hecho varias restauraciones de la misma. En el pecho de la virgen aparece el Niño y puede aparecer vestida de Reina o de Pastora.

En los meses de mayo y junio de cada año, en las vísperas de Pentecostés, se le celebra siempre a Ntra. Sra. Virgen del Rocío, El Rocío, una de las romerías religiosas más populares y espectaculares de Andalucía.

Entre los milagros más conocidos que se le atribuyen está aquel que se produjo en la Hermandad de Umbrete en que una mujer embarazada llamada Pilar Acebedo García que se encontraba al lado de la carreta del sin pecado, el cual volcó encima de dicha mujer que una vez apartada la carreta se levantó ilesa. También es muy famoso el que le ocurrió a Rafael el Gallo que fue corneado por un toro, y que en su lecho con muy pocas posibilidades de sobrevivir se encomendó a la Virgen del Rocío públicamente, salvándose de la muerte de modo inexplicable según los médicos que le atendieron. Debido a estos y a otros milagros a la Virgen del Rocío también se le conoce como la virgen de los Milagros del Rocío. Se le han podido atribuir muchos de los milagros que se han dado a los devotos que cada año van a encomendarse a la virgen, siendo miles de personas la que acuden todos los años a encomendarse a la Virgen del Rocío, para pedirle su salvación divina, curación y protección con toda su fe.

Medalla de oro plata Medalla de oro Virgen del Rocio pandereta

Medalla pandereta de la virgen del Rocío. Esta Virgen también conocida como “Blanca Paloma” o “La Reina de las Marismas”, es una advocación mariana que se venera en el Santuario de El Rocío  en Almonte (Huelva).
El Rocío, como tradicionalmente se llama al conjunto de la romería, se ha convertido en nuestros días en un fenómeno entre religioso y folklórico, pero en cualquier caso socialmente importante, que mueve a más de un millón de personas en los días de celebración en el mes de mayo o junio (según la fiesta variable de Pentecostés), como antes se indicó, y a otros cientos de miles de personas que durante todo el año acuden a la ermita a venerar a la Virgen.

MEDALLA DE SANTIAGO APOSTOL

Como último ejemplo de Medalla Religiosa muy conocida es la medalla del Apóstol Santiago. Medalla muy apreciada por los peregrinos del Camino. Son también muchos los Milagros atribuidos al Santo.

Así, en el Libro segundo del Códice Calixtino (s. XII) en el que se describen actuaciones de carácter sobrenatural en las que interviene el apóstol Santiago ( algunas de ellas contienen moraleja para los peregrinos).

En la introducción, que el propio texto atribuye del papa Calixto, se señala que “al recorrer tierras extranjeras conocí algunos de los milagros obrados por el apóstol Santiago y los seleccioné para esta escritura”. Suceden en distintos ámbitos geográficos europeos y sus beneficiarios son también de muy variada procedencia. Se difunde así la idea de un Santiago intercesor de fronteras, en consonancia con un santuario que buscaba y recibía peregrinos de casi todo el orbe cristiano medieval. En el libro se narran los 22 milagros repartidos en otros tantos capítulos del Calixtinus.

En el capítulo V se narra como peregrinos alemanes con abundantes riquezas llegaron a la ciudad francesa de Tolosa en el año 1090 y durante el hospedaje los hicieron embriagarse para robarles. El posadero metió a escondidas una copa de plata en el zurrón de uno de los huéspedes y, por la mañana, salió tras ellos con gente armada. Incriminaron al hijo de uno de ellos, que fue colgado. Siguieron el Camino y, a su regreso, pasados treinta y seis días, el padre se detuvo junto al cuerpo de su hijo, con quien mantuvo una conversación en la que hizo referencia a que Santiago lo consoló durante ese tiempo. Se acercó la gente del pueblo para ver el milagro y al posadero lo colgaron enseguida por su avaricia.

Este es uno de los milagros más difundidos y conocidos del mundo jacobeo y dio lugar al del gallo y la gallina, que sucede en Santo Domingo de la Calzada, donde el intercesor en Santo Domingo. El del ahorcado es también el milagro más representado en la iconografía jacobea europea.

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Medalla de Santiago Apóstol, patrón de España. Su leyenda, de la que surge la peregrinación del Camino de Santiago, cuenta que tras el descubrimiento del sepulcro donde descansaban sus restos, alrededor del año 813, numerosos cristianos del norte de la península comenzaron a peregrinar a lo que hoy es Santiago de Compostela para mostrar su devoción. Esta costumbre luego se convirtió en tradición, expandiéndose el fenómeno del Camino de Santiago a toda Europa y en todo el mundo, por lo que la ciudad santa se convirtió en uno de los centros de peregrinación más importantes de la cristiandad.

LA MEDALLA DE LA MILAGROSA

 

Ejemplo de ello es La Medalla Milagrosa creada tras las apariciones de la Santísima Virgen María a Santa Catalina Labouré en París. En 1832 durante una epidemia se distribuyeron las primeras medallas a las que se atribuyeron numerosas curaciones y conversiones, recibiendo el nombre de Medalla Milagrosa.

 

Medalla religiosa de oro de la Virgen Milagrosa
Medalla religiosa de oro de la Virgen Milagrosa

 

La Capilla de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa se encuentra en París, Francia, en el sitio donde la Virgen María se manifestó el 27 de noviembre de 1830 y le pidió a santa Catalina Labouré que creara una medalla, la cual eventualmente recibió el nombre de Milagrosa.

 

 

3 comentarios en “MEDALLAS RELIGIOSAS. DEVOCIÓN Y FE.”

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